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sábado, 14 de mayo de 2016

100 AÑOS DE LA PRIMERA OCUPACIÓN MILITAR NORTEAMERICANA

Por Manuel Rodríguez Bonilla
Profesor universitario y Miembro Fundador del Comité La Barranquita, Inc.


Este domingo 15 de mayo se cumplen 100 años de cuando la República Dominicana fuera invadida y ocupada por los Estados Unidos de América, perdiéndose nuestra nacionalidad y quedando arriada nuestra bandera durante 8 años consecutivos.

El importante aniversario de este histórico acontecimiento, con consecuencias enormes que han incidido por siempre en las áreas de la política, la economía, la educación, la comunicación, el andamiaje gubernamental, etcétera de nuestro país, ha llegado y parece que pasará sin penas ni gloria, en medio de un proceso electoral que ha desviado la atención a la efeméride de los Poderes del Estado, de nuestras universidades y de la intelectualidad dominicana en sentido general.

Presidente Juan Isidro Jiménez se vio obligado a renunciar del cargo el 7 de mayo del 1916

Diferente al cincuentenario de la Segunda Ocupación, para la que el señor Presidente de la República emitió un Decreto constituyendo una comisión responsable de las actividades conmemorativas, las cuales se han venido desarrollando por más de un año, la fecha de la Primera Ocupación nos llega sumida en el olvido, a excepción de las que organiza el Archivo General de la Nación y la Comisión Nacional de Efemérides Patrias consistentes básicamente en la impresión de algunos libros y materiales, y la ciudad de Mao que viene trabajando para recordar el centenario de la batalla de La Barranquita ocurrida el 3 de julio, la más importante resistencia organizada dada a los marines, y donde perecieron en combate 27 dominicanos.

Contralmirante Willian Caperton

Desde la Doctrina Monroe, establecida por James Monroe cuando en 1823 estableció que América Latina debía ser considerada “esfera de influencia” para los Estados Unidos, la nación del norte no tuvo titubeos para invadir naciones del continente y de adueñarse de territorios consolidando su peso y liderazgo en todo el continente. Así mismo, la influencia europea y sobre todo alemana en la región preocupaba a los Estados Unidos, por lo que consideraba debía ser cortada de tajo, así como asegurar el absoluto control del paso interoceánico del Canal de Panamá, inaugurado en el 1914.

La actitud expansionista de los Estados Unidos en los inicios del siglo XX se refleja con sus invasiones a Panamá en 1908, la ocupación militar de Nicaragua en el 1910 para apoyar el régimen de Adolfo Díaz y luego en el 1912 para ocupar la tierra de Rubén Darío casi continuamente hasta el año 1933, la movilización en 1911 de 20 mil marines en la frontera con México más ocho buques de guerra frente a sus costas, el bombardeo en 1914 a la ciudad mexicana de Veracruz, la ocupación de Haití en 1915 donde establece un Protectorado que permanecería hasta el 1934 y la invasión a la República Dominicana en mayo del 1916 ocupándola hasta el 1924.

100 años atrás, el 14 de mayo, el Ministro Americano Willian W. Russell y Willian S. Caperton Contralmirante de la Armada de los Estados Unidos de América, hicieron distribuir una hoja que entregaron al Presidente del Ayuntamiento de la capital dominicana, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, y a los representantes de las legaciones extranjeras establecidas en nuestro país. El volante, reproducido por el periódico de la época Listín Diario, decía lo siguiente:

“Notificar a la población civil dominicana y extranjera, que debe abandonar la ciudad dentro de las siguientes 24 horas a contar de las 6 A. M. del día 14 de mayo de 1916, porque a esa hora, es decir, a las 6 A. M. del día 15 de mayo de 1916, se empleará la fuerza para desarmar a las fuerzas rebeldes que hay en la ciudad de Santo Domingo y para sostener el Gobierno Constitucional.

Los no combatientes que salgan de la ciudad por la vía acuática deben mantenerse fuera de la línea de fuego de los vapores de guerra americana”
.

Buque de las fuerzas invasoras de los Estados Unidos de América en las proximidades de Santo Domingo (mayo del 1916)

Desde el pasado mes de abril estaba en desarrollo una crisis política desatada por el enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo de la República Dominicana. El Congreso, dominado por los seguidores de Horacio Vásquez y Desiderio Arias, este último Secretario de Estado de Guerra y Marina, y en menor medida por los del Vicepresidente Federico Velázquez, habían decidido enjuiciar al Presidente de la República, Juan Isidro Jiménez, después de éste destituir a Arias y a los generales Mauricio y Cesáreo Jiménez, detenidos en Cambelén.

General Desiderio Arias, Secretario de Estado de Guerra y Marina

Desiderio Arias se resistía a ser destituido por Jiménez, conservando el apoyo de la mayoría de las guarniciones militares del país, incluso hizo mover tropas a la capital desde diferentes regiones, tomando control de edificaciones que por su ubicación estratégica en la ciudad consideraba importantes, a manera de presionar al Presidente Jiménez.

Todo lo que ocurría, tanto en el plano político como militar, era el escenario deseado por el presidente norteamericano Woodrow Wilson para mover sus tropas hacia la República Dominicana. El 4 de mayo, oficiales de las tropas americanas desembarcan con tiendas de campañas, con el pretexto de que es “para custodiar la Legación americana” y “para dar garantía a las legaciones y consulados” extranjeros. “En la Legación Haitiana hay 20 marinos norteamericanos protegiendo a los súbditos franceses, ingleses y haitianos”, nos dice el Listín Diario en su edición del día siguiente.

Fotaleza Ozama para el 1916

Las fuerzas militares de ocupación de los Estados Unidos invaden finalmente la República Dominicana, desembarcando sus marines por las proximidades de la costa de San Gerónimo, en el sur del país, a las 6 de la mañana del 15 de mayo del 1916. En la noche anterior, Desiderio Arias y sus hombres abandonaron su asiento en la Fortaleza Ozama, dirigiéndose a Santiago, desde donde considera combatir, al sentirse fuerte en toda la región del Cibao, lo que finalmente no llegó a hacer.

Los marines comenzaron a desembarcar y penetrar a la ciudad de Santo Domingo desde el 4 de mayo para “proteger” la Legación americana y extranjeras en el país.

Dos semanas después, es decir el primero de junio, las tropas invasoras desembarcan por los puertos de San Pedro de Macorís, Montecristi y Puerto Plata. Desde estos últimos puntos, los marines se dirigirían a Santiago, uniéndose en las proximidades de Navarrete.

Finalmente, el 29 de noviembre, desde el buque Olimpia, anclado en el Puerto de Santo Domingo, el gobierno de los Estados Unidos de América, en la voz del Capitán de la Marina norteamericana Harry Shepard Knapp lee la proclama donde anuncia formalmente la ocupación militar por la fuerza bajo su mando de todo el territorio dominicano, declarando que “queda sometida al gobierno militar y al ejercicio de la ley militar”.

Marines acampan en los alrededores de la ciudad de Santo Domingo, en mayo del 1916.

La ocupación militar de la República Dominicana por parte de los Estados Unidos que hoy celebra 100 años de ocurrida, constituye uno de los acontecimientos de mayor trascendencia en nuestra historia republicana. En los 8 años de administración estadounidense en nuestro país ocurrieron acontecimientos y se derivaron consecuencias con notables incidencias en el siglo transcurrido y en los años por venir. Con esta se completa el total dominio político, militar, económico y social por parte de la poderosa nación del norte sobre nuestro país.

En el campo político, es prohibida la libertad de prensa y expresión, prohibiéndose las críticas a cualquier medida del Gobierno Militar; se desarma a la población evitando levantamientos armados contra la ocupación, se crea la Guardia Nacional y los principales puestos del tren gubernamental pasan a ser ocupados por militares extranjeros.

En lo económico, se instalan nuevos ingenios, estimulando la industria azucarera; se crean y establecen importantes disposiciones legales como la ley forestal, la ley de Rentas Internas para establecer impuestos directos y aumentar las recaudaciones, la de Registro de Tierras; la legalización de tierras ocupadas por nacionales y extranjeros (Sistema Torrens); la supresión de fondos al Gobierno Dominicano procedentes de las Aduanas; disminución del salario a todos los empleados públicos en un 60% y del presupuesto de la nación en un 50%; y aumento de la deuda externa con empréstitos autorizados por el Departamento de Estado norteamericano.

En lo social, se establece una política de infraestructura con la construcción de las carreteras Santo Domingo-Santiago, Santo Domingo-Azua y Santo Domingo-San Pedro de Macorís, escuelas urbanas y rurales, puentes, etc.; se organiza el sistema educativo, estableciendo ahora escuelas mixtas y con grados, haciéndose énfasis en la educación primaria, al tiempo que se crean escuelas secundarias y vocacionales; se establece una nueva Ley de Educación y se crea el Consejo Nacional de Educación; se crea la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia y se promulga la Ley de Sanidad, realizándose operativos de vacunación entre la población y en 1920 se realiza el Primer Censo Nacional de población en nuestro país, al tiempo de crearse las bases para su realización cada 10 años.

Aspectos y acciones vinculados a la Primera Ocupación donde quedó violada la soberanía de la República, serán tratados en detalles en trabajos posteriores.

2 comentarios:

  1. Hay que conocer la historia en toda su amplitud, en particular la primera Intervención Norteamericana.Para que errores del pasado no vuelvan a repetirse.

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  2. Interesantísimo recuento de lo ocurrido durante esa penosa invasión estadounidense. No me gusta usar el gentilicio "norteamericano" para nombrar a los habitantes de EEUU, aunque es ya una costumbre, porque los mejicanos y canadienses lo son también, ya que sus países también están en América del Norte. Excelente trabajo Manuelo. Abrazos, Lavinia.

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