DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL COMITÉ DE HISTORIA DE MAO, INC., LIC. AURELIO ALMONTE RODRÍGUEZ, EN EL ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL 134 ANIVERSARIO DEL MUNICIPIO DE MAO Y DE LA INSTALACIÓN DEL PRIMER AYUNTAMIENTO
Mao, Valverde, R. D.
25 de noviembre de 2016
Buen día:
* Dr. Odalís Rodríguez, Alcalde Municipal;
* Lic. Bienvenido Antonio Disla, Presidente del Ayuntamiento;
* Señores Regidores y Regidoras;
* Compañeros miembros del Comité de Historia de Mao, Inc.
* Autoridades presentes;
* Dirigentes comunitarios;
* Miembros de la prensa;
* Invitados especiales;
Señoras y señores:
Para los maeños constituye un verdadero privilegio ser –si no la única- una de las pocas comunidades del país que tienen en la fecha de su fundación como municipio, un motivo de júbilo, un día especial que conlleva una celebración también especial.
Hoy se cumplen 134 años desde que Sebastián Rodríguez pasara a la inmortalidad histórica de nuestro terruño, al ser juramentado como el primer Síndico de Mao, junto a los que fueron los tres primeros Regidores: Román de Peña, Regidor que a la vez fue el primer presidente del Ayuntamiento; Francisco (Tito) Reyes, Regidor que a la vez fue el primer Vicepresidente; y Gregorio Aracena, Regidor. También fue juramentado en la histórica sesión de un día como hoy en el año 1882, el primer Secretario Municipal, Don Jesús María Peña.
Los antecedentes que permitieron a los maeños de las décadas anteriores al histórico 1882 alcanzar la meta de ascender a la categoría de “común” como entonces se denominaba a las municipalidades, se remontan a las mismas acciones que dieron origen a que hoy nuestra
Isla de Santo Domingo esté formada por dos naciones totalmente diferentes en raza, idioma, cultura y costumbres… me refiero a las devastaciones ordenadas por la corona española al entonces gobernador de la isla, Antonio Osorio, con la fallida pretensión de poner coto al contrabando que operaba por las costas septentrionales y occidentales de la isla.
Al devastar a Puerto Plata, Montecristi, Bayajá y La Yaguana, también se dio la orden de que sus pobladores se trasladaran, con carácter obligatorio, a zonas cercanas a la ciudad de Santo Domingo. Así se dio origen a Monte Plata, con los trasladados desde Montecristi y Puerto Plata; y a Bayaguana con los trasladados desde Bayajá y La Yaguana.
En una sociedad cuya producción para entonces tenía las bases sustentadas en el hato ganadero, algunos hateros obedecieron la orden de abandonar las devastadas villas antes mencionadas, pero no acataron la de trasladarse hacia la parte sur-central de la isla, de modo que muchos de ellos iban desviándose de la ruta sureña e iban instalándose con sus reses y pertenencias, formando nuevos hatos en lugares hasta entonces deshabitados. Por eso notamos al viajar por el Cibao Occidental, tantas comunidades con nombres relacionados al hato: Hato del Medio, Hato Nuevo, Hato Viejo, Hatillo Palma, Hatillo San Lorenzo, Hato del Yaque, entre otros.
Uno de esos hatos fue establecido muy cerca del río Mao, en una región llamada “Maho” por los aborígenes taínos, que en su lengua significa “milagro” “tierra entre ríos”… y es que nuestro amado Mao es un verdadero milagro, pues de no estar enclavado entre cuatro afluentes, fuera una tierra totalmente árida y desértica y de clima insoportable.
En los años de las devastaciones (1605-1606), en esta zona apenas se establecieron, bien distantes unos de otros, algunos pobladores hateros. Para muestra basta medir la distancia entre Hatico y Hato Nuevo; o entre Hatico y Hatillo San Lorenzo; o entre Hatico y Hatillo Palma. Pero fue suficiente para que germinara el deseo de fijar aquí la residencia permanente, por lo que el crecimiento se consolidó y 263 años después, en 1869, el otrora desierto milagroso adquirió la categoría de Sección, tiempo para el cual se construyó el primer templo.
Para 1875 y apoyados por las autoridades santiagueras, provincia a la cual pertenecimos, fuimos elevados a la categoría de Puesto Cantonal, asignándonos desde la elevación a Sección, con el nombre de “Santa Cruz de Mao”.
El crecimiento era vertiginoso, pues pocos años después, nuevamente nuestros pobladores acudieron al Congreso Nacional para solicitar la elevación a la categoría de Común, lográndose la emisión del Decreto número 2038 del 10 de julio de 1882, dictado durante el gobierno del Presidente Fernando Arturo de Meriño.
Legalmente elevado a esta categoría, la sesión inaugural y de constitución del primer ayuntamiento, fue celebrada el sábado 25 de noviembre de 1882, correspondiendo semejante honor histórico a los personajes mencionados anteriormente. 134 años después, el Ayuntamiento de Mao ha pasado de tres a nueve Regidores, cantidad que se fija por mandato de la ley en proporción a los habitantes de la demarcación, como es sabido por todos.
La llegada de Monsieur Bogaert constituye un hecho sin precedentes para el crecimiento de Mao en todos los sentidos. La construcción de los dos canales de riego, pioneros en el país, catapultaron a la villa del crepúsculo del rojo de las tunas hacia un desarrollo mucho más acelerado, a tal punto que las décadas posteriores motivaron a que el 1 de enero de 1959 fuera convertido en provincia, segregándolo de la provincia de Santiago junto con Esperanza y segregando de la provincia Montecristi al entonces distrito Municipal Laguna Salada, más tarde convertido en el tercer municipio de la provincia Valverde, designada con ese nombre en honor al luchador por la Restauración y ex presidente de la República, Gral. José Desiderio Valverde.
Es un orgullo ser maeño, ya sea de nacimiento, de origen o por naturalización. Es grato saber que en la República Dominicana existe un municipio que honra a sus hombres, a sus mujeres y a sus instituciones; a quienes se han entregado en cuerpo y alma por el desarrollo de esta comunidad, que se ha convertido en la casa que aloja a muchos inmigrantes de provincias cercanas y lejanas que se establecen aquí para realizar sus vidas y contribuyen con el desarrollo integral; desarrollo que se ha logrado básicamente a fuerza de pueblo laborioso, con un apoyo oficial prácticamente nulo o muy reducido.
El ejemplo de esta costumbre digna de elogios, lo constituye este acto que es celebrado año tras año, cada 25 de noviembre, en que el gobierno local, ya por 34 años en esta ocasión, reconoce a cuatro personalidades (dos hombres y dos mujeres) y a una institución que a lo largo de sus vidas, han puesto en alto sus propios nombres, los de sus familias, el de Mao y el de nuestra nación. Loor a ellos y a todos los que en los 33 años anteriores han sido reconocidos en acto similar y a todos los que en cada 25 de noviembre de los años por venir, también serán merecidamente reconocidos por constituir ejemplo a imitar a favor de nuestro pueblo.
El Comité de Historia de Mao es una institución que ha trabajado por décadas para rescatar los valores históricos y culturales de nuestro pueblo. Me honro en presidirla en esta oportunidad y valoro en su justa dimensión la confianza depositada en mi persona por mis distinguidos, respetados y admirados compañeros miembros. También elogio el hecho de que el gobierno local lleve 34 años confiando en nosotros para evaluar mediante un procedimiento serio a las personas e instituciones que son objeto de reconocimiento en la conmemoración de cada aniversario.
Esa labor es totalmente honorífica, pero más que honorífica, es realizada con amor, con entrega; sin medir en la cantidad de trabajo que conlleva realizarla; sin esperar nada a cambio. Es, simplemente, el cumplimiento del deber a favor de un pueblo que merece estar dignamente dirigido, representado y estimulado para trabajar a favor de todos.
De hecho, aprovecho la ocasión para informar a cada integrante del Ayuntamiento, tanto en la parte normativa representada por el Concejo Municipal, como en la parte ejecutiva representada en el señor Alcalde Municipal, que el Comité de Historia de Mao tiene en carpeta un ambicioso proyecto que dotaría a nuestro municipio de una plataforma con los datos de todas las instituciones públicas y privadas, en las que se ofrecerán a todos los interesados, los datos generales y particulares de ellas, desde su historia, composición, razón de ser, etc., etc., así como una base de datos con todos los sectores y barrios, con sus calles, sus nombres, el porqué de tal designación, etc., etc., para que de una vez y por todas las personas tengan dónde consultar y tener información fidedigna respecto a su pueblo, en lo general y en lo particular. Queremos que ese sea uno de los principales legados institucionales de esta alianza estratégica que ha existido entre el Gobierno Local y el Comité de Historia de Mao, de lo cual la presente gestión podría casarse con la gloria patrocinando su ejecución en este período municipal. Dejamos el planteamiento para su consideración.
Finalmente, así como los maeños han contribuido con la patria chica, lo han hecho con la patria grande, y de qué forma. En los reconocimientos de este día tendrán muestras de esta afirmación. Pero no quisiera terminar esta intervención sin destacar dos puntos: el primero, destacar a los maeños que hace 100 años lucharon cuerpo a cuerpo por la defensa de nuestra soberanía, en la gloriosa Batalla de La Barranquita, disminuida en significación histórica por algunos, pero presente siempre ardiente en el corazón de los hijos de esta villa heroica. Fueron 27 los que allí cayeron. Por eso Mao se engrandeció conmemorando el centenario de tan significativo evento bélico… el segundo, destacar a los maeños que han luchado para también liberarnos, pero del yugo opresor de las tiranías que nos han esclavizado en varias ocasiones, principalmente la más cruel y duradera que encabezó el sátrapa ajusticiado la noche del 30 de mayo de 1961. Entre esos maeños, me permito hacer mención de uno muy especial: un combatiente antitrujillista de cuyo arrojo se recuerda su frase: “come ahí, papá”, la que pronunció al momento de embarrar de merecidas heces el busto de doña Julia Molina (madre del dictador) en el ahora Parque Duarte, y la del sátrapa en la Escuela Presidente Trujillo, hoy Juan Isidro Pérez. Este valiente luchador por nuestra libertad y nuestra democracia quizá luego pasó al anonimato, pero para sus compueblanos no. En el día de ayer, jueves 24 de noviembre, hubiese celebrado 73 años de edad, de no haber fallecido recientemente en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos. Su valentía y su entrega merecen también ser reconocidas. Por eso me permito terminar mis palabras solicitando a todos los presentes, que de pie, a su memoria, tributemos un encendido aplauso que lo escuche desde donde esté el alma de Nelson Encarnación García.
Muchas gracias.
Gracias, primo Isaías, por tan amplia cobertura. Dios le bendiga.
ResponderEliminarPrimo si pudiera hacerme llegar las semblanzas que me faltan, se lo agradecería en el alma.
ResponderEliminarIsaías
Sin ninguna otra motivación que no sea que brille con todo su esplendor la verdad histórica, debo aclarar que no fue Nelson Encarnación García quien embadurnó con heces fecales el busto de Trujillo, que estaba dentro de la escuela pública de Mao, sino Manuel Rodríguez, profesor de Educación Física, según nos contó Gregorio Almonte (don Goyo ) y el poeta Parmenio Reyes, declarados en acto solemne como "FUENTES HISTÓRICAS VIVIENTES" por el Ayuntamiento Municipal de Mao, el 25 de noviembre de 1988, información que me dieron en mi investigación para escribir mi libro "Mao y su Gente ", en la década de 1990, y que me confirmaron el Comandante Evelio Martínez y Sergio Peña, sobrevivientes maeños de la Revolución Constitucionalista del 1965, y quienes ya eran adultos en las postrimerías de la Era de Trujillo. Estos últimos, además, me confirman que el busto de Doña Julia Molina de Trujillo, madre del dictador, nunca fue embarrado, ya que estaba en plena vía pública, en la encrucijada entre Duarte y 27 de febrero, por lo que había que ser casi suicida para atreverse en ese régimen, a cometer tal osadía.
ResponderEliminarDr. Héctor Brea Tió