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domingo, 1 de junio de 2014

HOMENAJE PÓSTUMO A MADRES MAEÑAS – 2014

EL COMITÉ DE HISTORIA DE MAO, INC., CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL MES DE LAS MADRES, RINDIÓ UN HOMENAJE PÓSTUMO A CINCO MADRES MAEÑAS MERITORIAS, EL 18 DE MAYO DE 2014, EN EL AUDITÓRIUM DEL CENTRO MAO DE LA UASD. LAS MADRES RECONOCIDAS Y HOMENAJEADAS FUERON: DOÑA MERCEDES COLÓN DE RODRÍGUEZ (MAMÁ CHECHÉ), DOÑA FRANCISCA ANTONIA VARGAS DE GIL (DOÑA PRIETICA), DOÑA MARÍA JACKSON DE REYES, DOÑA AMÉRICA INOA DE MOREL Y DOÑA DULCE REYES DE ESTÉVEZ.

SEMBLANZA DE DOÑA DULCE CARIDAD REYES DE ESTÉVEZ



Nació en la villa de Mao Dulce Caridad, el día 6 de marzo 1910, siendo la penúltima de una familia de nueve descendientes y última de las hembras, por lo que fue siempre la que había que cuidar sobre todo por sus hermanas mayores especialmente Socorro Emelitina con quien vivió la mayor parte de sus últimos días.

Su niñez e infancia se desarrollan el ambiente aldeano del municipio de Mao, provincia de Santiago, donde recibió la educación máxima que podía obtenerse en ese entonces.

Ya una joven, que según las fotos y las opiniones de sus contemporáneos, llamaba la atención por sus cualidades tantos físicas como morales, para ese entonces la familia Reyes Báez se relaciona con las principales familias de la aristocracia de Santiago donde iba, ya a pasar vacaciones o invitada para algunos acontecimientos sociales, siempre con la supervisión de la familia Franco Bidó, quienes la mayoría de las veces eran quienes cargaban con la responsabilidad y vigilancia de la señorita Reyes Báez.

Es en una de esas fiestas donde un señor (tenía 40 años, ella 26 años), solterón codiciado en la sociedad de Santiago de nombre Augusto Julio Estévez Cabrera, se percata de su presencia y comienza la historia, los viajes a Mao, que eran difíciles, los cumplidos, las conversaciones con los padres, la advertencia de estos de que esa joven había sido criada con algunos privilegios ya que no se le obligaba por ser la más pequeña de la hembras a hacer muchos trabajos domésticos que hacían las otras y que por esta razón ella no sabía cocinar, ni planchar, ni hacer otros menesteres propios de las esposas de la época, que su educación había sido orientada a los trabajos manuales, como bordados, tejidos y sobre todo atender sus estudios; la respuesta del prometido fue que él la enseñaba, que no se preocuparan y así fue.

En el año 1937 se llevó a cabo la boda que lleno de asombro el círculo social de don Julio y que fue motivo de un artículo en el periódico La Información que titularon así: ¡¡¡¡CAYÓ JULITO, DAMA DE MAO LO CAUTIVA!!!! Fijaron residencia en Licey el medio, Santiago, aun así en el 1938, 1940, 1942, nacen sus hijos, Dulce Finnetta, Rafael Augusto, Juan Antonio, (fallecido al año de nacido), pero nacen en Mao, con sus familiares; y su marido viajaba a Mao todas las veces que podía. Doña Dulce nunca rompió el cordón umbilical con sus progenitores ni su familia, tanto así que don Julio optó por residir en Mao y resolver el problema.

Madre dulce como su nombre, solidaria, preocupada, crio sus hijos con las normas de la época, les enseñó el valor de la honradez, del respeto, de los estudios y buenas costumbres, siempre vivió con sus padres hasta que murieron, en muchas ocasiones sobrevivía con su trabajo de tejer ropas para recién nacidos.

Fue diabética por más de 40 años, aficionada a los dulces que escondía o compraba en el mercado, nunca cumplió el régimen asignado por sus médicos; en una ocasión notaron una fila de hormigas que iban al closet, al investigar se encontró una botella de miel con menos de la mitad del contenido, ya que se tomaba a escondidas una cucharada diaria en ayunas.

Doña Dulce rara vez salía de su hogar pero estaba siempre al día en las noticias, fiel devota católica tenía su propio altar, donde según ella oraba por todos sus familiares, sin ir a la iglesia, al igual que rezaba por todos los muertos, sin asistir a funerales.

Su vida transcurrió así llena de eventos que no pudieron doblegar su espíritu, siempre fue firme en sus propósitos, muy respetuosa de las decisiones que tomaron sus más cercanos familiares, al morir don Julio siempre se mostró aferrada a su recuerdo.

Por todo esto y mucho mas hoy te rendimos este homenaje en conmemoración del día de las madres.

Ejemplo de vida, que en paz descanse, siempre la recordaremos.

3 comentarios:

  1. No dejan de correr las lagrimas por mi mejilla al recordar mi querida "Quiluchi". Gracias le doy a Dios por haberme dado la oportunidad de gozar a mis abuelos y en este caso fueron mis padres. Otro cuento de ella fue que al perder en gran mayoría su vista, supuestamente no veía nada pero al tener una conversación con mi primo Rafa, ella agarro un mosquito en el aire y solo supo decir "estos mosquitos no dejan tranquilo a nadie".
    Gracias por el homenaje a una mujer que siempre nos empujo a ser mejores humanos.
    En nombre de las Familias Perez-Estevez, Estevez-Lozada y Estevez-Castro,
    Janio Perez

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  2. El hecho de tener una relación tan cercana y tan profunda con don Parmenio, logró extender mis afectos hacia los Reyes Báez. Siendo doña Dulce, la hermana de quien él, más frecuentemente me hablaba. Por esa razón, conocí de sus prendas morales, de sus suaves encantos y de sus dulces y santas virtudes. Las veces que tuve la oportunidad de conversar con esta noble dama, cuyo atributo principal era su proverbial afabilidad, me transporté a los días que pasé junto a mis amorosos,apacibles y gentiles abuelos, quienes siempre me profesaron un profundo e inolvidable amor. La eterna sonrisa de doña Dulce, vive hoy todavía, en quienes tuvimos el honor y el grato privilegio de conocerla.

    Monchy.

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  3. Tuve el privilegio de conocer a Doña Dulce y a Don Julito .Amorosa pareja que irradiaban paz y alegría .Me siento orgulloso de ser amigo-hermano del Dr. Estevez Reyes (Rafelito),su hijo y de haber tenido la dicha de tratar a esta digna y prestigiosa familia de mi pueblo. ¡Loor a Doña Dulce ! Evelio Martínez .

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