
Por Rafael Darío Herrera R.
El autor es historiador, profesor universitario y miembro correspondiente de la Academia Dominicana de Historia
A finales del siglo XIX (1894) la iluminación de las principales calles del pequeño poblado de Mao se realizaba con faroles alimentados con petróleo, para cuyo sostenimiento se recabó la colaboración de los ciudadanos más acaudalados. En los hogares se usaba el quinqué (lámpara de mesa alimentada con petróleo, provista de un tubo de cristal que resguardaba la llama).