domingo, 29 de septiembre de 2013

MAO EN LA MUERTE DE DON LUIS BOGAERT

La foto fue tomada de la portada del libro "Musié Bogaert. Un ingeniero belga-flamenco al servicio de la República Dominicana", por el Ing. Ramón A. Delgado Bogaert

Por Numa Ramírez hijo

La Información, 1º de abril de 1935.
Listín Diario, 2 de abril de 1935.


Artículo y foto donados al blog Mao en la Historia el 29 de septiembre de 2013 por el historiador, Lic. Rafael Darío Herrera.

Mao. Marzo 27 de 1935. Tras una aguda congestión cerebral, que minó en pocos días su vigorosa constitución, falleció anoche en su espléndida hacienda del Hatico, nuestro caballeroso amigo don Luis Bogaert, uno de esos seres que pasan por el escenario de la vida prodigando el bien a manos llenas.

“Apóstol del trabajo”, le ha llamado nuestro amadísimo sacerdote Padre Andrickson, y ese es en efecto el calificativo que mejor cuadra a quien hizo de esa noble tarea la devoción de su vida y la obsesión constante de sus luchas.

A don Luis Bogaert, a su espíritu optimista que vislumbró el milagro de las espigas en la soleada llanura donde tan solo florecían los cambrones y los cactus, debe Mao, en gran parte, el floreciente estado de agricultura.

Abriendo en la tierra la ancha herida por donde había de precipitarse el torrente fecundo de las aguas del Mao; enseñando el cultivo científico de la madre común; dando vida a una región que bajo el impiadoso azote de terribles sequías estaba siendo abandonada por sus moradores, derramando el tesoro de sus enseñanzas y haciendo el bien con esa noble discreción que fue norma de sus cristianos sentimientos, así vivió don Luis Bogaert, diecisiete años en este pueblo que a él, en primer término debe ahora el poético nombre de “Villa de los Canales y de las Espigas”.

Por eso la dolorosa conmoción que ha experimentado la distinguida familia Bogaert, con la pérdida de su más viejo tronco, ha trascendido a todos los corazones. La muerte de don Luis es considerada en esta sociedad como una desgracia común que nos afecta por igual a todos. Y ha sido tan elocuente la expresión del sentimiento público que a las honras fúnebres hechas a su cadáver en nuestra Iglesia Parroquial concurrieron no menos de 1000 personas de todas las clases sociales. Ha sida esta la más importante manifestación de duelo que ha presenciado esta sociedad, que desde la morada del finado hasta el Templo cargó a hombros su cadáver con ese amor que solo merecen los que como él confiaron la simiente del bien al surco generoso donde estallara en frutos de beneficios para su nombre.

Se ha ido don Luis. Pero nos quedan sus enseñanzas y sus obras. Su espíritu fuerte y optimista, siempre joven para las grandes iniciativas del bien y del trabajo, nos alentará en las arduas jornadas de la vida.

La sociedad maeña, que vio como la mejor expresión de sus verdaderos sentimientos la resolución de nuestro Cabildo declarando Día de Duelo el de hoy, y en el cierre del comercio y de los hogares todos de la población, vería con sumo agrado que la Corporación edilicia bautizara con el nombre del infatigable luchador y filántropo desaparecido una de nuestras principales vías urbanas.

Llegue hasta su inconsolable viuda doña Dolores, sus hijos Humberto, Alberto, Eduardo, Miguel, doña Carmen, Bertha, Jeane y demás; hasta su yerno Dr. José de Js. Álvarez y Gena de Bogaert especialmente, y a todos los que con ellos sufren tan dolorosa pérdida, la sincera expresión de nuestra más sentida condolencia, a la vez que rogamos a lo Alto por el alma de don Luis.

NOTA: Del artículo y de don Luis Bogaert comenta el Lic. Rafael Darío Herrera: Se trata de un escrito de mucho interés pues considero que la sociedad maeña no le ha tributado los suficientes reconocimientos a un hombre como don Libert Louis Bogaert (Lovaina, Bélgica, 10 de julio de 1866 y Mao, 27 de marzo de 1935) o musié Bogaert como le llamaban los maeños; un hombre que transformó una árida planicie, un auténtico erial, en una zona altamente productiva que despertó la admiración de todo el país. En muchos pueblos se organizaban giras para observar los campos de arroz de Mao. Solo basta revisar los periódicos de los años 40 y 50 para percatarse del asombro que estos verdes campos provocaban. La vida económica del Mao de hoy se debe al ingenio de Bogaert de construir un canal de riego de 7 kilómetros de longitud, cuyo ejemplo siguieron los demás agricultores locales agrupados en la Sociedad de Regantes. Bogaert transmitió a los campesinos maeños un invaluable capital cultural, en particular, las técnicas de la agricultura moderna: arado, nivelación, fertilización, control de plagas, etc., que hasta ese momento se limitaban a los ingenios azucareros. Antes de la llegada de Musié Bogaert, la vida económica de Mao se fundamentaba en la crianza libre de ganado y en la siembra de tabaco con la simple técnica del garabato y la azada.

A mi juicio, Musié Bogaert es el ciudadano que más ha contribuido al desarrollo de este pueblo. Mao no era nada antes de la construcción del canal de riego. Incluso, otros pueblos tenían mayor importancia que Mao como Esperanza, Tamboril, Guayubín, y otros.

3 comentarios:

  1. Merecido reconocimiento a tan meritorio hijo adoptivo de Mao.

    Antonio Mateo Reyes.

    ResponderEliminar
  2. Me podrían decir por favor donde puedo comprar este libro

    ResponderEliminar
  3. Creo que dicho reconocimiento se quedo corto, ya que solo se le menciono pir lo que significo para mao y segun mi humilde opinion su accion trascemdio los linderos de mao y la region pirque tambien influyo para que otras regiones y pueblos se contagiaran de sus ideas y entusiadmo y tambien la implementaron, siendo beneficiado el pais entero de las ideas y conocimientos de este ilustre inmigrante,y como muestra tenemos los canales de riego que datan de esa epica y qie aun hoy imperan, por ellos y por todo lo que culturalmente aporto, sin bullas ni alardes a este pais.

    ResponderEliminar

Puede enviar sus comentarios seleccionando Anónimo, pero por favor ponga su nombre y dirección de correo electrónico al pie del comentario.

El Administrador