III HOMENAJE PÓSTUMO A MADRES MAEÑAS – 2015: BLASINA RODRÍGUEZ

EL COMITÉ DE HISTORIA DE MAO, INC., CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL MES DE LAS MADRES, RINDIÓ UN HOMENAJE PÓSTUMO A CINCO MADRES MAEÑAS MERITORIAS EL 24 DE MAYO DE 2015, EN EL AUDITÓRIUM DEL CENTRO MAO DE LA UASD. LAS MADRES RECONOCIDAS Y HOMENAJEADAS FUERON: Doña Aura L. Bueno de Brito, Amelia R. Taveras de García (Doña Querida), Doña Blasina Mercedes Rodríguez, Altagracia Azcona de Rodríguez (Doña Talla) y Doña Dulce María Madera de Cruz (Jaibón, Pueblo Nuevo, Mao).

SEMBLANZA DE DOÑA BLASINA MERCEDES RODRÍGUEZ

Nació en esta Ciudad de Mao el 3 de febrero de 1934, en la que vivió toda su niñez y juventud. Hija de don Francisco Javier Rojas y Dña. Amada María Rodríguez.

Como parte de su formación realizó sus estudios primarios en la Escuela Presidente Trujillo, siendo su director don Antonio Reyes, en ese entonces; luego, pasa al liceo con el mismo nombre, pero el director era don Leónidas Ricardo Román. Ahí permaneció hasta el segundo del bachillerato el cual tenía una matrícula de menos de 15 estudiantes. El curso quedó prácticamente vacío porque partieron hacia la Escuela Normal Emilio Prud'homme que en ese entonces funcionaba como un internado en la ciudad de Santiago de los 30 Caballeros, permaneciendo por un período de dos años. En ese grupo se encontraba su entrañable e inseparable amiga Dña. Flérida Matías Vda. Núñez, Josefa Pichardo (Chefa), Altagracia López (Adriana), entre otras.

De ahí, el Consejo Nacional de Educación les expide el diploma que la acredita con el título de Maestra Normal de Primera Enseñanza, el 27 de septiembre del año 1956. Después de haber obtenido su título, empezó a laborar en la Escuela Juan Isidro Pérez el 16 de septiembre de ese mismo año impartiendo docencia en el primer grado en dos tandas.

En ese entonces, Dña. Camelia Disla era la directora y entre sus compañeros de labores podemos mencionar a Chefa, Alercia, Leca, Adriana, Tatica, Rosa Gilma, Fiordaliza, Andrés del Villar, Flérida, Eduardo Pou, Blanquita, entre otros.

A sus 26 años casó con don Ramón Antonio de la Rosa Barrera, el 31 de marzo de 1962 de cuya unión nacieron tres hijos: Maury, Julián y Rita.
Mujer alta, tenía grandes ojos obscuros; expresivos como pocos. Caminaba erguida y con seguridad; muy femenina y a la vez muy guapa. Honesta y confiable. Sus amigas la adoraban. Sus dichos en su casa, eran sentencias absolutas, sobre las que no cabían dudas. Todo eso, avalado por una rigurosa disciplina y un sentido del deber incuestionable que exhibió infatigablemente, sin pretensiones en los afanes de cada día.

Son muchas las cualidades de esta mujer ampliamente generosa. Exquisita en todos sus actos y de una tenacidad y diligencia imbatibles que dejaron huellas en las diversas generaciones directamente formadas por ellas.

¿Cómo no recordar sus dones innatos de gran maestra, motivando a sus alumnos en su ambiente ameno aun en sus temas complejos y transmitiendo sus conocimientos y experiencias profesionales, con ética, desprendimiento y comprensión?

Falleció el 22 de agosto de 1973, a sus 39 años de edad, consciente y rodeada de familiares y amigos.