Panegírico ante sus restos
Por Manuel Rodríguez Bonilla
Una de las dominicanas más brillantes de todo el siglo XX falleció en la tarde de este miércoles 28 de agosto del 2013: ALTAGRACIA CAMELIA DISLA RODRIGUEZ, llamada por 3 generaciones de maeños con el nombre de Doña Camelia.
Nacida el 10 de agosto del 1917, recién llegó a celebrar sus 96 años de existencia con la memoria y el temple que mostró durante toda su vida. Mujer de principios rectilíneos.
Entre los miles de alumnos que pasaron por sus manos durante los 79 años de labor docente ininterrumpidos que ejerció, cultivó el patriotismo sin límites, la disciplina, la responsabilidad, el respeto a los semejantes, el culto al estudio, la búsqueda de la perfección en todo el quehacer humano, el valor para enfrentar las injusticias y el amor a sí mismo y a los demás sin importar las limitaciones materiales en que el individuo deba desenvolverse, entre otros.
Su sólida formación, acompañada de una extraordinaria inteligencia y alta sensibilidad humana, hicieron de Altagracia Camelia una mujer excepcional: declamadora exquisita, poetiza y escritora brillante, oradora sin par, estudiosa profunda de la historia nacional y universal, fueron cualidades y facetas que nunca mermaron por su cercanía al siglo de existencia.
En cada comunidad que Doña Camelia pasó dejó profundas e imborrables huellas que han servido de referencias a todos sus pobladores. El poblado de Gurabo Afuera, del municipio de Mao, recuerda que ella fue el primer ser humano que ejerció allí el noble servicio de la enseñanza, cuando fuera designada maestra el 1ero de febrero del año 1935, alfabetizando a cientos de sus nativos durante 4 años. Jinamagao Arriba la recibió en su escuela, en 1939, dándole un año de su saber. De aquí fue llamada para dirigir la Escuela de Niñas de la comunidad de Esperanza; ¡Hooo! íCómo recuerdan sus entonces pobladores, cuando la Maestra, para dar el ejemplo y estimular a todos se dirigió a la oficina establecida por vez primera para la cedulación de sus ciudadanos, quedando ella con la cédula No. 01 del indicado municipio! Villa Lobos, en la provincia Montecristi, aún recuerda cuando la espigada educadora les enseño a cantar el Himno Nacional completo, que es el doble del que conocemos.
Mao, su pueblo amado de donde había partido con sólo 17 años de edad a ejercer el cargo de maestra pública, la recibe en el 1946, para ser la responsable del séptimo curso de la Escuela Graduada Mixta “Generalísimo Trujillo”, hoy Escuela Básica “Juan Isidro Pérez”, donde permanecería por 20 años, los últimos 6 como Directora, haciendo crecer moral e intelectualmente una población que sobrepasaba los 2,000 estudiantes por año. Antes de tomar la responsabilidad de la dirección del centro educativo, ejerció como Alfabetizadora, Maestra de 4to. Y luego de 8vo curso. Para esa época, ya había finalizado como estudiante libre los estudios para Maestra Normal de Primera Enseñanza en la Escuela Anexa que dirigía la señorita Amelia Giralt en la Escuela Normal “Ulises Francisco Espaillat”, de Santiago.
Al ser jubilada en 1967, fundó el 1ero de noviembre de ese año el Colegio Enriquillo, donde continuó su labor docente sin parada hasta la culminación del pasado año escolar.
Como para dar ejemplo a todo joven a la edad de 67 años de edad se graduó con honores (Magna Cum Laude), obteniendo el título de Licenciada En Ciencias de la Educación, en la Universidad Nacional “Pedro Henríquez Ureña”, en su extensión de La Vega, viajando cada sábado durante 10 años consecutivos. Nueve años más tarde, en 1993, se gradúa con la mención de Excelente, en el idioma francés, en la alianza Francesa de Mao. En el periodo 1985/1986 ostentó el cargo de Gobernadora de la Provincia Valverde.
Por sus extraordinarios servicios en favor de la educación y la cultura recibió numerosos pergaminos, placas y medallas de reconocimientos. Dentro de estos merecen destacarse “La Medalla al Mérito del Maestro Pedro Henríquez Ureña” en el grado de “Premio de Honor”, por el Presidente de la República, el 30 de junio del 1983. El 5 de octubre del 1993 el Senado de la República, mediante Resolución, la declaró “Maestra Meritísima de la República Dominicana”; en el mes de julio de ese mismo año, todo el pueblo de Mao se volcó en flores, regalos y medallas para honrar a su querida maestra; y el 17 de diciembre del 1997, la Fundación Consuelo Pepín la reconoció en acto especial en Santo Domingo con la Medalla de Oro “Ercilia Pepín”, entre muchos otros.
Miembro Fundadora del Comité La Barranquita, Inc., siendo su primera Presidenta, cargo que ejerció en los primeros 10 años de la institución. Miembro Fundadora, también, del Comité de Historia de Mao, Inc. y del Instituto Duartiano, Filial Mao.
En Mao y el Noroeste de la República no hay estamentos sociales, grupos de credos políticos, religiosos, o por condiciones económicas que no vieran y trataran a Doña Camelia con profundo sentido de admiración y respeto. Esto así, por su limpia trayectoria en su fecunda vida, por su fructífera y larga labor en la enseñanza, por su fina y excelsa personalidad, por su sólida formación, por su gran dominio de la ciencia y la cultura y por haber sido un ejemplo constante para las generaciones que le conocieron y porque seguro será un referente obligado para las generaciones que vendrán.
¡Doña Camelia! Usted seguirá siendo la maestra de sus miles ex alumnos, usted continuará al lado de cada amigo y amiga dando sus consejos y alientos porque sentiremos su presencia permanentemente, usted seguirá siendo la madre imborrable de todos quienes le tratamos. Usted continuará siendo el parámetro a seguir por todo el pueblo honesto, por todos los ciudadanos que aman la Patria.
Altagracia Camelia Disla Rodríguez, seguirá siendo un faro de luz para una sociedad que parece estar cada vez más en las tinieblas. Que sus restos descansen siempre en paz, como merece, al lado mismo del Señor Todopoderoso.
Leído por Miguel de Jesús al momento de su sepultura en el Cementerio Municipal (Nuevo) al terminar la tarde del viernes 30 de agosto del 2013. Mao, Valverde, República Dominicana.
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