PALABRAS DE BIENVENIDA
Por Lavinia Del Villar
Presidenta del CHM
Distinguidas familias Ferreira Azcona, Crespo Minaya, Reyes Gómez, Colón Rodríguez, Brea Tió, así como familiares descendientes de ellas.
Distinguidas Autoridades.
Miembros del Comité de Historia de Mao.
Señores y señoras:
Por sus cuatro esquinas, Mao está lleno de heroínas anónimas. Mujeres que han realizado su trabajo de madres ejemplares a tiempo completo, y también mujeres que si bien les ha tocado integrarse a la fuerza laboral, todavía dedicaron todo el tiempo que les quedó libre para formar hijos productivos a la sociedad.
Es por eso que, el Comité de Historia de Mao, Inc. se enorgullece hoy en rendir tributo a cinco de esas heroínas, que merecen ser recordadas como artesanas de conciencias, y escultoras de hombres y mujeres que han engrandecido la historia de este pueblo.
Doña Nena, Doña Teófila, Doña Mélida, Doña Dolores y Doña Luba…, madres que esperaron con el corazón agrietado por el dolor, pero con el alma ensanchada por el orgullo, a esos hijos que alguna vez partieron a servir a la patria a costa de su propia vida…, madres abnegadas que sobrevivieron en silencio los embates de los tiempos…, madres a quienes las carencias engrandecieron e hicieron más fuertes, madres cuyo único norte fue la entrega, el sacrificio y el amor…, madres dulces… madres jocosas…, madres decididas…, madres luchadoras…, madres pacientes …, madres serenas…
A todas ellas, gracias por ser “Simplemente mamá”.
A nombre del Comité de Historia de Mao Inc., les extiendo la más sincera bienvenida a este emotivo y solemne Homenaje Póstumo, y les participo que con esta iniciativa dejamos institucionalizado el tercer domingo de mayo de cada año, como día de Homenaje Póstumo a Madres Meritorias.
“Cuando la rosa muere deja un hueco en el aire que no lo llena nada.” Franklin Mieses Burgos.
Hoy nos toca hurgar en ese hueco, donde seguramente podremos recoger de nuevo el perfume que nos legaron estas rosas que ya partieron.
Disfrutémoslo, no con la melancolía que conlleva la pérdida, sino con la alegría y el orgullo que nos trae el recuerdo de su trascendencia.
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